Hace trece días aproximadamente terminé este año universitario. Estoy bastante contenta pues fue un año de muchos logros, avances, aprendizajes, mucha superación personal, tranquilidad emocional en muchos aspectos. He logrado ver y entender con mayor claridad hacia dónde quiero ir, claro que no tengo todas las decisiones tomadas pero las que tengo las estoy armando con más seguridad.
Así que me queda todo el mes de Diciembre "libre". Pero tengo diversas responsabliidades, planes y metas personales que quiero alcanzar antes que termine este 2009. Aparecen de vez en cuando uno que otro fantasmita pasajero de frustraciones normales, hace acto de presencia, se toma una tacita de té conmigo y luego lo despido con cortesía. Sus visitas suelen ser descolocantes y motivantes, una dualidad bien especial que, para ser sinceros, sólo produce estrés. Descolocante, por la naturaleza de la visita y motivante por que implica que como consecuencia vuelva a tomar mi lista y me reenfoque en ella, desde una revisión hasta una reevaluación y reestructuración de la misma.
Entre otras cosas he realizado una revisión rápida de las metas que me plantee para este 2009, considerando, como ya mencioné, que estamos tan cerca de terminar este año. Quedo satisfecha con los logros que he obtenido hasta el momento, podría decirse que he logrado muchísimo más de lo que me esperaba lograr. Me he sorprendido a mi misma y eso siempre es agradable, no conocer los límites de uno, en ciertas ocasiones, es bueno. Por eso me anima mucho más estos días que quedan de diciembre, no se pierde la esperanza de aportar más granitos de arena a la obtención de las metas que me he propuesto, e inclusive trabajar en algunos desafíos de última hora que se han sumado. Por momentos me siento como una hormiguita, pero una que está logrando racionar gratamente sus horas de trabajo, con sus horas de descanso. Veamos que pasa este mes. Hay que seguir caminando.
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