Un libro muy hermoso, del cual rescato el sentido optimista constante. Creí que iba a ser un poco trágico leerlo, es decir, no es un accidente menor y la forma en que las personas ven las cosas generalmente no es optimista, pero definitivamente es alentador y reconfortante ver que pese a todo el sufrimiento, sus ojos (los de la protagonista) tenían otra lectura de la realidad. Una que te permite no estar tan preocupada, de tal manera que se disfruta mucho más el libro y que te remeze en buena medida la conciencia para que veas que, sí se puede percibir la realidad con otros ojos. Que todo será consecuencia de la actitud mental con la que afrontes tus realidades. Entre otras lecciones que se pueden rescatar de entre sus páginas. Un recordatorio constante de que es la elección de uno VIVIR.
Gracias primo por el regalo.
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