Después de un sentimiento de impotencia por no poder escribir nada pese a las inmensas ganas que tengo de hacerlo... terminé revisando las cartas pendientes por enviar a mi abuelo. Sí, pese a todo, hay algo que no tranzo por nada: el tiempo para escribir una carta a puño y letra, es una sensación increíble y eso me lleva a la reflexión de todo lo que se pierden los jóvenes ahora, sobretodo aquellos que como yo o en realidad más que yo, viven con la adicción de la web.
Ha sido completamente satisfactorio, por un lado, me deja la conciencia tranquila, pues es algo que he tenido pendiente ya dos meses, que es el tiempo que las cartas llevan sobre mi escritorio. Por otra parte, me ha compensado la sensación de sentir el lápiz fluir en la hoja frente a la frustración de que no brote nada frente al pc en el momento que tengo todo el entusiasmo de escribir (historias...)
Dicen que para ser buen escritor hay que practicar, escribiendo. Sí, en eso ando, practicando cada vez que puedo... pero la frustración es grande cuando con todas las ganas de escribir, las ideas no llegan a ser.
Finalmente logré ordenar las cartas y mi hermana hará el favor de enviarlas mañana.
Gran satisfacción personal.
Me llena de emoción saber que pronto, mi abuelo las estará leyendo.
1 comentario:
mujer!
se lo que es eso... no hay como escribir con la tinta, con los errores, con la letra a medio andar, con las palabras a pedir de boca, con los silencios no menos que los estallidos violentos...
saludos!
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